Juan de Herrera fue un arquitecto español, nació en Mobellan, Santander, en el año 1530, y falleció en Madrid el 15 de enero de 1593.
Juan de Herrera es uno de los mejores representantes de la arquitectura renacentista española. Cultivó, como era habitual en las grandes figuras del Renacimiento, las humanidades y las armas.
Como soldado, Juan de Herrera viajó a Alemania, Flandes y luego a Italia. Fue un arquitecto renacentista, que mostró interés por todas las manifestaciones, intelectual, matemática, filosofía, arte, etc.
Su espíritu siempre estuvo abierto a las innovaciones. De inquietudes científicas está bien ilustrado el libro de conocimientos de astronomía de Alfonso X el Sabio, en un ejemplar de Juan Honorato, realizado en 1562.
Un año después, Juan de Herrera realizó sus primeras obras de arquitectura junto a Juan Bautista de Toledo, que ayuda a realizar los proyectos de El Escorial.
Poseedor de una vasta cultura, sintió una gran admiración por los clásicos, especialmente por la filosofía neoplatónica.
a Juan de Herrera se le atribuye un discurso sobre la figura cúbica, en el que demostró su amplio conocimiento de las matemáticas y la geometría.
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Obras de Juan de Herrera
En 1567 Juan de Herrera se hizo cargo de las obras de El Escorial, e intervino directamente en la planta de la Iglesia, claramente bramantesca, que perfila y decora.
La fachada es considerada también una obra original en el tratamiento romano de su estructura.
También proyectaba la fachada principal del monasterio, mostrando la influencia del arte severo de Vignola, y que fue el punto de partida de diversas formas del primer barroco español.
En el mismo monasterio se realiza el quiosco de los evangelistas en 1590, pabellón abierto y cubierto con una cúpula.
Además de El Escorial, se trabaja en la modificación de la fachada principal del Palacio de Carlos V de Granada, así como en la cumbrera del patio.
En el Alcázar de Toledo en 1559, realizó la fachada del mediodía, y durante esos mismos años da huellas para la ciudad de Toledo.
En 1582, lleva a cabo la Lonja de Sevilla, y en el año 1573 comienza la Iglesia y Convento de San Francisco en Santo Domingo de la Calzada.
En 1576 se proyectó y construyó la Iglesia de Santo Domingo el Antiguo (Toledo), realizado con la mampostería tradicional toledana y una estructura arquitectónica sencilla en su interior.
Finalmente, en 1585, proyectó la Catedral de Valladolid, una de sus mejores obras, que será referencia inmediata para los arquitectos herreros, en tránsito entre el clasicismo y el barroco español como Francisco y Juan Gómez de Mora.
La Lonja de Sevilla
Es un edificio de planta cuadrangular y dos plantas, realizado por Juan de Mijares, sobre las huellas de Juan de Herrera. En él, Juan de Herrera plantea uno de sus mayores propuestas arquitectónicas.
La fachada principal se divide en dos cuerpos, donde se abandonó el sistema de superposición de órdenes y la idea de sótano rústico, para articular un muro con pilastras y recuadros apenas resaltados en el muro, donde cubren las ventanas.
El patio interior se encuentra inspirado en el Palacio Farnese, usa una superposición de columnas dóricas y jónicas medias, tal cual se había hecho en el Patio de los evangelistas del Escorial.
La Catedral de Valladolid Es uno de los mejores ejemplos de aplicación de las teorías de proporciones del Renacimiento de Juan de Herrera
Catedral de Valladolid
Este templo fue construido sobre las ruinas de la antigua Colegiata del siglo XI. Un siglo después, Churriguera realizó una fachada superior de estilo barroco.
La torre fue reconstruida debido a un derrumbe en 1841 y está coronada por una estatua del Sagrado Corazón y tiene 12 metros de altura. Fue realizado por R. Núñez.
El interior es de gran sobriedad y grandiosidad. La capilla mayor albergaba el coro de la catedral y el conjunto de sillas del coro de la colegiata.
Es una espléndida obra gótica que tuvo que adaptarse a los continuos movimientos que sufrió. Quizás su elemento más importante sea el retablo mayor del escultor Juan de Juni.
En el altar mayor está la Asunción de Zacarías Velázquez. En la sacristía hay una hermosa custodia de plata que podría considerarse una obra maestra de Juan de Arfe.
Palacio Real de Aranjuez
El Palacio Real de Aranjuez se encuentra junto a los ríos Tajo y Jarama en la provincia de Madrid, a 47 km al sur de la capital.
El palacio fue pensado como residencia de primavera y verano para la familia real y es famoso por sus jardines y fuentes.
La residencia de verano construida en Aranjuez en 1387 por Lorenzo Suárez de Figueroa, Gran Maestre de la Orden de Santiago, pasó a ser propiedad real bajo Fernando II, Rey de Aragón, e Isabel, Reina de Castilla y León.
Durante el reinado de Carlos V, Luis de Vega (a partir de 1537) realizó mejoras y Felipe II amplió el palacio. La capilla de Aranjuez fue diseñada por Juan Bautista de Toledo y completada por Jerónimo Gili y Juan de Herrera.
El Palacio de Aranjuez fue construido en una combinación de piedra blanca de Colmenar de Oreja y ladrillo, dando un efecto bicolor que fue adoptado para el resto del palacio.
En 1571 se iniciaron las obras del cuarto nuevo, como se describió el nuevo palacio, junto a la capilla. Los materiales y molduras del palacio eran similares a los de la capilla.
El Palacio de Aranjuez como estaba previsto en el siglo XVI no se completó. A partir de 1715, bajo Felipe V, Pedro Caro Idogro añadió un ala norte.
Giacomo Bonavia recibió el encargo de reconstruir el palacio, que había sido dañado por el fuego, y restaurar la ciudad.
Fue el responsable del vestíbulo, la gran escalinata imperial y la fachada principal (1744), en cuyo centro se encuentra un pórtico coronado por el balcón ceremonial de honor.
El estilo general de esta fachada, que combina diseños tanto franceses como italianos, puede asociarse con el de los Borbones españoles.
El Palacio de Aranjuez se amplió bajo Carlos III para cumplir con la etiqueta cada vez más elaborada de la corte. Francesco Sabbatini añadió dos alas en ángulo recto con la fachada principal, formando un patio de entrada en forma de U a la manera francesa